El niño de 11 años que ha programado más de 100 videojuegos 🤔
Cuando Antonio García Vicente (Valladolid, 2007) tenía solo seis años ingresó en el Club de Jóvenes Programadores de la Universidad de Valladolid. Con ocho, dio su primera charla TED, titulada Programar para aprender sin límites. Ahora tiene 11 y afirma sin ninguna duda que “programar es un superpoder que te permite hacer lo que quieras”. A él, por ejemplo, ya le ha servido para crear más de 100 videojuegos.
“Lo que más me gusta en el mundo son mis dos aficiones: una es programar y otra es el fútbol”, afirma Antonio. Vive en Villanubla, un pueblo pequeño de Valladolid, en el que cuando hace mucho frío en invierno, pasa las tardes programando. “Me gustan los videojuegos como a todos los niños, pero también me gusta saber cómo están hechos y crear los míos propios. Evidentemente no van a ser tan profesionales como el FIFA, pero sí he creado un proyecto en el que varios jugadores están en el mismo campo y juegan unos contra otros”, cuenta el vallisoletano antes de participar en una clase de programación masiva organizada por KeepCoding. También ha desarrollado un juego para aprender los planetas del sistema solar, un tres en raya o un título similar al concurso televisivo ¡Boom! sobre el Camino de Santiago.
El primer contacto de Antonio con la programación fue cuando tenía seis años. Acudió con su hermana Noelia al Scratch Day, un evento en la Universidad de Valladolid en el que se imparten talleres de programación con diversos lenguajes. Al igual que muchos otros niños que se inician en este mundo, primero aprendió Scratch. Después se siguió formando con nuevas herramientas y lenguajes de programación con los que desarrolla sus proyectos y aplicaciones móviles. Ya tiene nociones de App Inventor, ensamblador, App Lab y Arduino. Estas dos últimas plataformas son sus favoritas porque le permiten “manejar cosas físicas”: “Con App Lab puedes hacer una aplicación para el móvil y con Arduino puedes manejar sensores de humedad, hacer semáforos, botones, joysticks…”
Los juegos que Antonio desarrolla a veces son retos que le proponen en el Club de Jóvenes Programadores o encargos de profesores. En ocasiones, prefiere que traten sobre temas que está aprendiendo en el colegio. El primero que creó, con siete años, le sirvió para aprenderse con sus compañeros los huesos del cuerpo humano: “Me di cuenta de que la programación se podía usar para estudiar de forma más divertida”.
Tanto él como su hermana transmitieron a sus compañeros la pasión por crear videojuegos. Juntos crearon en el colegio el Club de Programación de El Páramo de Villanubla. Mientras que en sus inicios la agrupación estaba formada por 10 niños, ahora ya son 54, de entre seis y 15 años. “Lo mejor es la sensación que te da cuando consigues que algo funcione, es una pasada”, afirma Antonio.
Preguntas
1¿Que me interesa de esto?
Pues en que el esfuerzo y las metas en que se esforzó, fue buen para el y su hermana hacerlo
2¿Por que lo ha hecho?
debido a su mentalismo y en que su interés de esto fue como un nuevo comienzo para el.
3¿Qué le queda por delante?
una gran vida debido que aun es joven y le queda mucho por delante que le sigue con esto para su futuro de programar videojuegos que le interese a su placer.
4¿Lo podemos lograr? si en mi caso si se me da la oportunidad de hacerlo y mostrar mis habilidades en el arte de la programación pero por el momento me queda en duda de hacerlo
¿Es innovador? digamos que algo debido que si descubre nuevos códigos o mecanismos que no estaban en los muchos códigos que existen podría explorar más.
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